jueves, 7 de febrero de 2013

Y llego Thais


Y después de pasar 1 semana en el hospital con un reposo absoluto, pude volver a casa, pero con las mismas condiciones, tenia que aguantar por lo menos una semana más, me dijeron que mínimo semana 35 para que todo estuviera mas o menos preparado, y hubiera menos complicaciones, así que me allí estaba yo, muerta de miedo, en casa sin moverme mas que lo necesario y pasando las semanas mas largas de todo el embarazo.

Estaba en semana 37 seguía dilatada y con contracciones, ya no podía dormir ni tumbada, tenia una barriga enorme y un montón de molestias, así que en la ultima revisión, a un día de cumplir las 38, me propusieron provocar el parto. ¿Qué? No me podía creer que esto fuera así de fácil, según la ginecóloga todo era favorable, lo único malo que podía pasar era una cesárea, y yo que no tenía ni idea de lo que implicaba una cesárea acepte.
Esa mismo noche ingrese en el hospital, no sin antes haber  ido a la peluquería, ya que finalmente tendría un parto preparado, aprovecharíamos el momento de hacer las cosas con calma.
Así que  allí estaba yo, con mi madre y mi marido, muerta de miedo y con un montón de dudas y pensando que al día siguiente por fin tendría a mi pequeña entre mis brazos, cuando llego la matrona para ver que tal estaba no pude aguantar más y rompí a llorar, no estaba preparada, durante todo el embarazo a lo que más miedo había tenido  era al parto y finalmente ese momento había llegado y no precisamente como lo imaginaba.
Pedí una pastilla para poder dormir, ya que me imaginaba que el día siguiente seria duro, por suerte pude descansar.
  Eran las 7 de la mañana ya estaba allí nuevamente la matrona para ponernos en marcha, me monitorizan para controlar al bebe y me rompen la bolsa, pensé que sería mucho peor de lo que fue, pero ahora no lo recuerdo tan mal,  me pone suero  y se marcha.

 Una hora después me ponen la oxitocina.

 Empiezan las contracciones, las primeras son suaves, poco a poco van siendo más fuertes, no puedo reaccionar de ninguna manera, yo pensé que gritaría o cosas por el estilo, pero no es así, no puedo ni gritar ni nada de nada, solo pongo en práctica las respiraciones que me enseñaron en yoga, mientras mi marido mira con cara de angustia y pregunta si puede ayudar, no puedo contestarle, lo único que quiero es silencio y respirar, cada vez son más fuertes y más seguidas, me agarro con fuerza a lo que puedo y respiro,
Al cabo de 2 horas con contracciones una detrás de otra y con una  intensidad brutal entra la matrona,   estoy agarrada a la barandilla de la cama con lágrimas en los ojos y la mirada perdida, solo me ve y me dice, “te bajamos a epidural”.

Al cabo de 30 min entra un celador con una camilla, me tumbo en ella como puedo y me lleva a paritorio, otra vez el miedo recorre todo mi cuerpo, pero estaba segura que con lo que estaba pasando no sería peor. Y efectivamente no fue tan mal, note como un líquido pasaba y después un calambre, al rato deje de notar parte de tu cuerpo, y menos las contracciones, mi respiración se  volvió calmada y puede hablar y sonreír, es increíble cómo cambia la visión del parto una vez puesta la anestesia.

 Paso unos 30 min en paritorio,  me vuelven a subir a la habitación, es una sensación rara la que noto, pero desde luego que no es dolor, allí me están esperando mi madre y mi marido y con cara interrogante me reciben, sonrió y solo les digo que quiero descansar.
Consigo dormir, cada hora aproximadamente va entrando la matrona, para ver cuanta dilatación tengo y como van las contracciones, no me entero de ellas, pero como estoy monitorizada se puede ver que son fuertes, aproximadamente a las 14.30 he conseguido la dilatación total y ya estoy preparada para bajar a paritorio.
 A las 15.00 estoy en paritorio nuevamente muerta de miedo, me refuerzan un poco la epidural y me explican cómo tengo que hacer los pujos.
A las 15.10 empezamos, contracción, pujo, contracción, pujo, contracción, pujo…
15 min después…






  
15:25 estaba naciendo mi preciosa hija, lo recuerdo como uno de los momentos más maravillosos de mi vida

6 comentarios:

  1. Cierto es, aunque a veces el momento del parto no es agradable, por qué será que cuando tenemos al peque en brazos nos parece el mejor momento de nuestra vida?
    Que seáis muy felices!! ;-)

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  2. Pues si Veronica,has algo contradicctorio, pero a la vez maravilloso, muchas gracias por tus buenos deseos y mas por leerme. :)

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  3. Muchas felicidades, ese momento es tán mágico, aun se me pone la piel de gallina cuando recuerdo el momento en el que me pusieron a mi niña en los brazos por primera vez!! ufff!!! Thais es preciosa, enhorabuena a las dos :)

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  4. Gracias!!! si que es magico, son unos segundos en los que te olvidas del dolor, y del embarazo, ya nada importa, todo pasa a un segundo plano..la felicidad plena empieza en ese momento.
    Un beso y nuevamente gracias por leerme

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  5. Que hermosa tu experiencia, que alegría que la compartieras, te comento que la foto es igual a la foto que tengo con mi pequeña, que alegría me dio verla y recordar snif! snif! hace seis años de eso! Cariños!

    Namasté! ॐ
    http://mamaholistica.com

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    1. Hay momentos en esta vida que son inolvidable y este es uno de ellos, aunque la foto muestra una parte muy intima de mi vida, me gusta compartirla, yo tambien me emociono a verla, cuando me quiera dar cuenta estare como tú, 6 años atras recordando....

      Besos

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