Y sin duda el mejor
momento del embarazo fue el segundo trimestre, me sentía vital, tenia una energía
tremenda, los vómitos y las nauseas habían desaparecido, así que levantarse
cada mañana ya no era un castigo, me sentía radiante, aunque no dejaba verme
gorda, si ,es contradictorio, ¡lo sé! Pero yo quería que solo creciera la
barriga, lo cual era imposible con la cantidad de comida que me metía entre
pecho y espalda, pero aun así me miraba al espejo y me gustaba lo que veía, una
barriguita redonda y durita, y dentro crecía una personita a la cual no conocía
pero ya quería con locura.
Hay dos cosas de
estos meses que nunca se me olvidaran y una fue el día que me dijeron que
tendría una niña. Sin duda fue maravilloso, yo soñaba con tener una hija y así
me lo habían confirmado, tendría una preciosa niña corriendo por mi casa y
vistiéndola como una muñequita, la idea me encantaba, estaba muy feliz con el
hecho de que fuera una niña, el día que nos confirmaron el sexo, mi madre
estaba con nosotros, y recuerdo como se le llenaron los ojos de lagrimas, ella también
deseaba un niña, como todas la mujeres de mi familia, la idea de vestirla y
peinarla como una princesa nos gustaba
mucho, por que negarlo.
Otro momento que recuerdo
con más ilusión todavía es el 20 de junio, creo que lo recordare toda la vida,
fue la noche en la que sentí su primera patadita.
Era una noche
calurosa, o eso me lo parecía , estaba tumbada en la cama leyendo y de pronto
note como algo se movía con fuerza dentro de mi, me sobresalte y enseguida lo volvía
a notar, era la primera vez que sentía ese movimiento en mi interior, entusiasmada
llame a mi marido, vino corriendo y sin creer lo que le estaba diciendo, puso
su mano sobre mi barriga y otra vez, esta
vez fue mas fuerte, y así estuvo un buen rato, mientras yo no podía
quitar las manos y sentirme feliz.
Fueron minutos pero para mí me parecieron horas, sin duda ya nunca más tendría dudas
de que me pequeña crecía bien.
Como os decía el
segundo trimestre fue el más bonito, aunque me sentía con fuerzas, ya empezada a estar
algo pesada, así que me apunte a unas clases de yoga, eran en la playa cada
viernes, así que allí estábamos 3 gorditas, frente al mar, en contacto con
nuestro interior y con esas criaturitas
que se forman dentro.
Eran sesiones muy
bonitas, que me enseñaron a tener calma y tranquilidad.
Estos meses pasaron rápido,
pronto llegaría el 3 trimestre, este ya fue más duro así que, en el siguiente
post os lo cuento.
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